Saturday, May 28, 2011

De quién es la plaza?

Hay algo de las plazas que siempre me atrajo. Será porque crecí al lado de una en mi barrio en Córdoba, Argentina, donde las hamacas, el tobogán y algunos espinillos eran mi principal refugio en las siestas de invierno y fuente de inspiración en primavera. Con el tiempo la plaza se fue transformando, por un costado la alambraron unos vecinos. Luego un par de pinos y un olmo, desmesuradamente prolífico, superaron los espinillos. Alguien usó el tobogán para una fogata, y otros rompieron las luces, para que de noche, algo no se viera.
Supongo que cada uno, como yo, buscó usar la plaza, ese lugar público que es de todos, de la manera que mas le conviniera o se ajustara a su interés del momento...y puedo estar o no de acuerdo con lo que hicieron, pero la plaza sigue allí, soportando sus usos y desusos, abierta a cambios y caprichos. Ya no vivo al lado de la placita, pero cuando alguna se cruza en mi camino, me intereso en su latir, su caracter y sus usos.

Como ya el mundo sabe, hace varios dias que la atención en Barcelona gira en torno a la plaza de Catalunya, como en las de otras ciudades españolas, grandes y pequeñas. Desde el 15 de mayo y luego de una marcha nacional, los indignados se asentaron con carpas aqui y alrededor del mundo, a protestar y reclamar una “democracia real” donde las minorias también tengan voz y voto y por un cambio politíco y económico. Junto con acampar en plazas, debatir y participar, los indignados usan medios y redes sociales para difundir su mensaje (Ver: http://acampadabcn.wordpress.com/ y @acampadabcn). Mientras los reclamos y propuestas pueden tener un deje idealista y generar indiferencia o hasta rechazo por parte de la población, el tono pacífico y tranquilo de los manifestantes, acampando, debatiendo en asambleas y en comisiones de trabajo, y realizando un cacerolazo diario de 21 a 22 horas, se ganó el respeto y adhesión de muchos que se fueron sumando, multiplicando, tansformando la plaza en un bosque de carpas, carteles, y mensajes colgando de estatuas, fuentes y cuerdas. Las conversaciones con amigos y conocidos rondaba en pasar, sentarse, escuchar, tanto estando allí como siguiento via twitter y otras redes, de lo que la plaza es testigo. En los últimos dias pasaron academicos y poetas, estudiantes, jubilados e inmigrantes. Hasta que llegó alguien que quería usar la plaza para otra cosa. O tenía una excusa de usar la plaza para otra cosa. Y asi, con un partido de futbol como baluarte, cercó la plaza, empujando, apretando y superando lo que alli hay, abriendo camino a la fuerza. Fue solo cuestión de un rato para pasar por encima y arrancar los implementos, llevarse las computadoras y microfonos, tirar a la basura los papeles, los mensajes, la paz. Horas despues, superada la desazón, volvió la gente, las carpas se van alzando de nuevo, lentamente, pero alli están, reencontrandose con la plaza que ya no es la misma, apaleada, sentida, pero abrazada. Hoy es el partido de futbol. Todos se preguntan, quien usará la plaza? Y... yo no sé... se lo pregunto a los olmos, a las luces o al alambrado? Foto: abrazo a Plaza Catalunya, viernes 27 de mayo 2011.


Meses después, continúa el debate acerca del uso de las plazas, en este caso durante #occupywallst: artículo en NYTimes In Protest, the Power of Place (en inglés).