Wednesday, November 03, 2010

Vivir la historia desde lejos..no toda distancia es ausencia

Y me lo perdí de nuevo. Miles de mensajes en twitter, filtrados por palabras claves como “Argentina” y “Kirchner” van contando lo que muchos están viviendo allá. Tengo enfrente una pared holandesa, pálida, muda. Ante mi comentario público (o sea, via Twitter y Facebook) de estar siguiendo lo que pasa en Argentina, alguien de aquel lado responde con sorna: “disfrutá que no estás acá”. No es la primera vez que me llega un comentario así, que se siente como un cachetazo que te hace dar una vuelta entera. Contesto: “no toda distancia es ausencia.” Había leído la frase alguna vez y se me vino al instante… Porque de alguna manera describe como hoy, tanto como en aquel diciembre del 2001, me siento una argentina más, viviendo un acontecimiento del país que sigue siendo mi país, a miles de kilómetros y casi una década después de partir.

Los acontecimientos históricos de un país, de la naturaleza que sean, marcan también profundamente a sus migrantes. Son tema, para los que estamos fuera, de discusión y de debate, de risas y llanto, de ruidos y silencios, de encuentros y desencuentros. Y sobre todo, de reflexión interior, de cómo me mido ante ese acontecimiento que me toca y no me toca, del que soy parte y tampoco del todo. Del que algo tengo que explicar en otro idioma a aquellos a mi alrededor, y requiere un esfuerzo de racionalizar y resumir en lo que dura una taza de café o un encuentro en el pasillo, toda una cultura, una historia y un sentimiento.

Me ha tocado vivir la historia desde lejos y explicar a no-argentinos por qué había tanta gente en las calles con cacerolas en el 2001 y por qué se aparecían miles de jóvenes llorando en las mismas calles en el 2010. O si no me pidieron explicación, sentí que debía darla. Quizás por la necesidad imperiosa de compartir que tengo, o porque el estar afuera pueda sugestionar un poco, haciéndote creer que te posiciona estratégicamente en una perspectiva ‘objetiva’ o quizás mas imparcial de los hechos. Claro que no es así, mi bagaje es mi bagaje y en un primer momento salió por todos los poros al intentar explicar lo que pasaba. Acto seguido recapacito: si mis colegas y amigos internacionales solo escuchan mi campana, que es de aquellos que solo escuchan otras? Cuánta responsabilidad que tenemos los migrantes! Damos opinión, pero también la formamos. Empiezo a moderar mi perorata inicial, les aviso que hay diversos puntos a considerar. Blanqueo la situación un poco, menciono mis concepciones. Busco afanosamente artículos de diversas fuentes para su referencia más allá de mi, no vaya a ser que la visión que se hagan del acontecimiento histórico de Argentina sea demasiado subjetiva “a la Denise”... que miren, lean y escuchen y saquen sus propias conclusiones. No es negar ni esconder mis concepciones, pero es hacerme cargo de que lo que para algunos es el “disfrutá que no estas acá” sea con responsabilidad, con respeto por mi país y su diversidad. Y así, al mirarlo por varios lados y difundirlo, es como si el acontecimiento estuviera cada vez más cercano, más vívido, ya es parte de mí. Imagino, y espero, ojalá así sea también para muchos de la diaspora argentina. Lejos, muy lejos, pero no ausentes.